NOTAS
PARA UNA PROPUESTA DE UN PRIMER MANIFIESTO SOBRE EL DESARROLLO Y EVOLUCIÓN DEL
HAIKU HISPANO
“MANIFIESTO
DE CHINCHILLA”
INTRODUCCIÓN (por Frutos Soriano, presidente de AGHA)
El haiku
japonés ha echado a volar por el mundo. Se ha parado, ha mirado a un lado y a
otro, como expectante, ha dado unos saltitos y de repente, sin que nadie lo
esperase, ha echado a volar (Méjico, Estados Unidos, Cuba…). Y ahora lo tenemos
aquí, en España, en Albacete, en Chinchilla.
De cada sitio por donde pasa coge algo, pero él siempre es él: un gorrioncillo
que avanza con sus patitas mojadas por la terraza de madera. O un abad haciendo
de vientre en la llanura. O un cuervo que se posa sobre una rama seca una tarde
de otoño. Su irrupción provoca allí donde llega una conmoción y un parloteo. Él
es lo que es, pero nosotros, quizá,
hemos olvidado lo que somos. Y el haiku nos invita a recordar. Ese
gorrioncillo nos trina al oído. Escuchemos algunas cosas de las que nos dice:
-eres tierra y
agua
-los árboles y
los animales son tus hermanos
-baja de tu
cabeza y camina un rato descalzo por la arena
-calla
Y nosotros
hablamos y hablamos, tanto…que ahogamos sus trinos y volvemos una y otra vez al
páramo seco de nuestra intelectualidad, donde nos parece que somos casi felices.
Pero, entre tanta palabrería (chimpunkán, en japonés) hay descuidos, momentos
en que tenemos que parar para tomar aire. Y es en esos descuidos cuando los
trinos suenan con más fuerza.
El gorrioncillo
del haiku está siempre trinando y su trino está dirigido a todo aquel que
quiera pararse a oírlo. Es un sonido y a la vez un surtidor de agua pura,
primordial, que nos invita a volver a casa a descansar. Las hojas del plátano
se mueven levemente con el viento matutino. El durillo está en flor, una flor
amarilla pajiza, y hay en el aire un olor a tierra mojada por los aspersores.
El haiku está en la hoja, la flor y la tierra, lanzando su trino interminable.
En España, en
Albacete, en Chinchilla, en este bosque de las palabras donde cincuenta haikus
ondean al viento en la misma lengua que habló a través de Cervantes y de Ana
María Matute, nos paramos unos segundos a escuchar el trino interminable del
haiku. Mira, ahí viene el gorrión.
DECLARACIÓN
La ciudad de Chinchilla es una fortaleza en medio del
llano de La Mancha. Cuna de asentamientos prehistóricos, por la que pasaron
iberos, romanos, árabes … dejando su huella y dotándola de monumentos y
tradiciones que todavía perduran. Del norte al sur, es enclave privilegiado del
Camino de Santiago uniendo éste al levante español. Su castillo es referencia y
da personalidad al horizonte que se divisa desde la ciudad de Albacete, situada
a escasos 13 kms de ésta y en la que se desarrolla una amplia actividad en
torno del haiku. Desde estas alturas se contempla la inmensidad de la llanura
manchega pero también los Montes de Chinchilla y las Sierras de Segura y
Alcaraz. No hay haijin que en su camino cercano no haya hecho parada entre
estas piedras, atraído por la belleza de su plaza del siglo XVI, inspirándose
en su limpio cielo donde el atardecer oscurece la tierra marrón de la llanura,
ese paisaje donde el viento mueve las aspas de los molinos al igual que las
palabras de los haikus escritos en cada una de las cincuenta banderas de “El
Bosque de las palabras” y desde el que un grupo de poetas, haijin, escritores y
artistas ... nos hemos reunido en esta mañana de otoño para dar lectura y
testimonio de este Manifiesto.
La conexión poética entre este y oeste no es nueva.
Por no ir muy lejos y quedarnos cerca del haiku, poetas occidentales tomaron como
pioneros en su composición formas de la poesía japonesa (Claudel, Wright o Rilke)
y poetas japoneses bebían de formas occidentales (el propio Shiki estudió la
rima occidental).
El haiku llegó a Occidente principalmente desde el
modernismo francés, y al idioma español, en forma de unas primeras aproximaciones
a un haiku, de la mano de Antonio Machado, luego un primer texto de Jose Juan
Tablada, alcanzando gran difusión con Octavio Paz. El estudioso A. Waley afirmó que “hay un marcado paralelismo entre los
poemas de la primera compilación de poesía japonesa, el Manyoshu (Colección de las Diez Mil Hojas
-760 DC-), y las coplas populares del sur de España” y el Sr. E. Hayashiya
concluía recientemente que “…sobre todo para los hispanohablantes, hay unas
inmensas posibilidades de escribir buen haiku. Para escribir buen haiku uno de
los elementos importantes es el sonido. En la lengua japonesa y española,
básicamente usamos 5 vocales: a i u e o. Así que los hispanohablantes tienen
ventajas para llegar a producir haiku sonoro con buen ritmo”.
En la poesía hispana, las formas breves no son
extrañas, y tampoco la comunión de los versos de 5 y 7 sílabas. Ahí está el
bordón, la tercerilla o las muy populares seguidillas, entre otros poemas.
Tampoco el kire/kireji es ajeno, pues nuestra poesía
contempla la cesura, las pausas.
¿Diferencias pues? Principalmente:
-
La rima: en el haiku japonés no se contempla, si
bien nuestra “poesía libre” tampoco lo hace.
-
Los asuntos: el haiku japonés huye del yo, el
lucimiento, los recursos literarios y exalta el ahora, la humildad y la
naturaleza; mientras que en general, la poesía occidental es lo contrario.
-
El kigo: Un elemento que pudiera parecer
contradictorio: está aparentemente cargado de simbolismo (de ahí que el haiku
tenga mucho de simbolismo) al tiempo que se inserta en un poema que trata de
huir del simbolismo (las cosas como son, el “aquí y el ahora” del maestro
Bashô). En cualquier caso, partiendo de que el propio lenguaje es simbólico, y
que cada cultura lo tiene inmerso en su habla, escritura y pensamiento en mayor
o menor grado, será algo que siempre subyace, si bien el haiku pretende huir de
la intelectualización y mostrarse espontáneo. Más que las palabras, importa el
silencio, lo que queda entre las palabras.
Es por ello que quizá sean estos aspectos los que más
debamos cuidar cuando ese gorrioncillo que vuela y nos llega lo pretendemos
disfrazar de pavo real. El haiku se ha expandido, y parece expandirse más en
estos tiempos entre el habla hispana, pero parece oportuno que lo haga
respetando su origen japonés y sus principales características. Su vía natural y
de aconsejable comienzo será el haiku-dô, un camino espiritual, si bien habrá
mucha gente que lo viva como mera expresión de lo vivido, como una
manifestación primaria de la vida. Luego, tomará matices de las tierras donde
llegue, podrá evolucionar, desarrollarse… pero siempre partiendo del
conocimiento, la humildad y el respeto a su procedencia. Vendrá después si el
español, un idioma de palabras más extensas que otros, necesita de un 8-11-8
para decir lo mismo que el inglés o el japonés en 5-7-5, si una tablet de hoy
es un viejo libro del pasado, o un coche una antigua barcaza, pero arranquemos
el camino con conocimiento y respeto. Y de ahí volará donde sus alas
honestamente le permitan, como a Kikaku le llevó a un mayor lirismo y a
Onitsura, desde su autenticidad, al manejo de la comparación.
No se trata de occidentalizar el haiku. Se trata de
continuar el camino japonés que llega a otros lugares, diferentes, pero sin
atajos ni mayores rodeos.
Son ya muchos los años que se viene escribiendo haiku
en lengua hispana. Ha habido aproximaciones meramente estéticas y propias de
movimientos que sólo buscaban la forma, pero también ha habido quienes lo
hicieron desde la humildad y el respeto.
Así, si Buson escribió en su día en japonés:
En cada espina
de la zarza, una gota
de rocío
Hoy, Frutos Soriano escribe en español:
piedrecillas:
cada
una de ellas
tiene
su sombra
Hay mucha senda por delante, y en su momento habrá
que dilucidar también cuál es el punto en que el
haiku hispano suelta amarras con el japonés sin dejar de ser haiku pero sin
convertirse en otra cosa. Por ser gráficos, aquello que queda entre el
seguidismo y la invención. Seguramente como diría un japonés: esto es haiku,
sabe a haiku, tiene haimi, pero no me
sabe a japonés.
PROPUESTAS
Para todo ello, sería conveniente promocionar y
desarrollar lo incluido en esta propuesta:
-
Concursos de haiku internacionales en español, respetuosos
con el origen del haiku.
-
Organización de Congresos, Cursos y Encuentros
Internacionales.
-
La traducción de textos de interés.
-
La investigación histórica y de la evolución y
desarrollo del haiku.
-
Revistas que divulguen lo investigado, traducido
y creado.
-
Organización de kukais.
-
Aprovechamiento de las nuevas tecnologías y
TICs.
-
Grupos de trabajo y asociaciones locales.
La creación de una asociación internacional del
haiku hispano, que aglutine a cualquier haijin del mundo que trabaje o escriba
el haiku en español y que trabaje por propiciar el desarrollo respetuoso y
natural del haiku japonés en el ámbito de la lengua española.
Existirá el haiku mientras haya vida, y existirá vida
mientras haya Naturaleza.
Se dice en la declaración de Matsuyama: “Devolvamos
la poesía al pueblo... una revolución mundial de poesía en el siglo 21”. Nos sumamos sin duda, y para ello, el haiku
en español ¡qué gran herramienta!
Esta propuesta
de base de un manifiesto, ha sido inspirada desde la AGHA:
Asociación
de
la gente del Haiku
en
Albacete
a fin de
realizar una redacción final del manifiesto tras recibir comentarios y
recomendaciones de numerosos estudiosos y escritores de haiku, donde se pretende
que sea un texto vivo y por tanto mutable, sobre el desarrollo del haiku en español.
Chinchilla de
Montearagón (Albacete) 11 de ocubre de 2014.
(Texto de la Propuesta publicada en el HELA ESPECIAL CHINCHILLA, que se puede descargar gratuitamente en esta dirección:
http://hela17.blogspot.com.es/
Fotos realizadas por Carlos J. Gaitano)
ABRIMOS EL DEBATE PARA TODO AQUEL QUE DESEE PARTICIPAR
Las propuestas se recogerán bien como comentarios a esta entrada, bien en correo recibido a la dirección.
haikus.albacete@gmail.com
Y se irán publicando periódicamente.
Tras el estudio de estas propuestas, se realizará próximamente unas jornadas para la elaboración definitiva del Manifiesto de Chinchilla.